
El tiempo vuelve a pasar ante mí,
ya nada es igual.
Los días, las noches pasan y ya no estás.
Vivo del recuerdo que marcaste en mi corazón.
De un anhelo imposible,
ya que nunca volveré a tenerte.
Mis ojos no han vuelto a brillar como lo hacían contigo,
porque lo único que brilla en ellos son las lágrimas de un adiós.
Un adiós deseado y gestado por ti,
que dejó dolorida a mi alma.
Y ahí está recuperándose,
intentando levantarse, aunque le cueste.
Mis ojos no han vuelto a brillar como lo hacían contigo,
porque lo único que brilla en ellos son las lágrimas de un adiós.
Un adiós deseado y gestado por ti,
que dejó dolorida a mi alma.
Y ahí está recuperándose,
intentando levantarse, aunque le cueste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario