A veces encontramos por casualidad la felicidad,
aquella que habíamos buscado una y otra vez
y ahora sin buscarla aparece.
Lo que no sabemos es que la felicidad
hay que aprovecharla cada segundo.
Pero cuando la tenemos se nos olvida
que podemos perderla en cualquier momento.
Entonces nos preguntamos qué hemos hecho mal.
Tal vez nada y son otros los que nos la han arrebatado.
Ahora sólo queda la esperanza de volver a recuperarla.
¿Cuándo?
Esa pregunta hoy no tiene respuesta,
pero ¿y mañana?
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